Los clientes de restaurantes manejan con cautela la subida de precios tras el Covid. Las consecuencias de la pandemia siguen azotando al mundo y la pos pandemia está afectando la economía internacional. Si bien la oscuridad provocada por la crisis sanitaria con confinamientos y medidas extremas ha cedido, la caída económica se hace sentir. La guerra de Rusia y Ucrania tras la invasión rusa agudizan el problema, afectando un aspecto muy sensible como lo es la provisión de energía.
Los pronósticos dicen que la mayor parte del mundo está entrando en una especie de burbuja de recesión que se agudizará a medida que avance el 2023 y España no es la excepción. Si bien después de levantadas las restricciones las personas volvieron a los restaurantes, los pronósticos no son buenos y el sector una vez más deberá reprogramarse para permanecer activo.
Después de un tiempo de recreo en el que se festejó la libertad de los encuentros, de los abrazos, de respirar sin mascarilla, mucha gente comienza a sentir un nuevo temor.
Esta vez no paraliza el miedo a la enfermedad mortal, sino a las carencias económicas que impidan atender las necesidades básicas de la familia. El nivel de desempleo ha crecido y nadie sabe muy bien a qué atenerse. La incertidumbre es la constante y, por tanto, la decisión frecuente suele ser achicar los gastos. El ocio, las salidas a comer, los paseos, las compras de vestimenta que no sea la imprescindible, son los sectores y los gastos que primero sufren.
¿Cómo fue la evolución de los clientes de restaurantes tras la Covid?
Para obtener datos reales acerca del comportamiento de la gente con respecto a los restaurantes, The NPD Group, empresa norteamericana que tiene una sucursal en España, investigó la situación y el sentir de la gente.
- En su análisis, los técnicos de NPD en España confirman una evolución que se correspondió al estado anímico de las personas y no solamente a circunstancias económicas.
- Una de las primeras observaciones realizadas fue que luego de levantadas las restricciones, las ganas de volver a visitar los restaurantes superaron a todas las circunstancias negativas.
- En el primer semestre de 2022, los comercios de foodservice tuvieron ingresos globales que superaron el 37% respecto a los siete primeros meses de 2021.
- Sin embargo, un análisis pormenorizado de los datos muestra que el aumento de estos ingresos estuvo condicionado por los precios y no tanto por el incremento de los clientes.
¿Cómo transcurrió el año 2022 para los restaurantes?
El transcurso del año mostró que la crisis no está superada, sino en evolución.
- En los meses de enero, febrero y marzo, el consumo en restaurantes se mantuvo en un 8% menor que en tiempos de pre pandemia.
- El verano fue el marco perfecto para un relativo florecimiento de la restauración. La gente estaba deseando recuperar el tiempo perdido durante los dos años de limitaciones y de temores.
- Pero los datos muestran que finalizado el verano comienza un efecto de ahorro que se manifiesta en actitud trade down. Las personas evidencian su preocupación por achicar los gastos buscando las opciones más económicas.
- La recuperación que se inició con buenas perspectivas en el verano, se repliega en este último tramo del año.
Frecuencia de visitas a los restaurantes según ingresos familiares en los últimos meses del año
Los datos más relevantes correspondientes al segundo semestre del 2022 muestran que:
- El movimiento en los restaurantes en España fue un 2% menor al primer semestre.
- En general, todas las familias redujeron las visitas a restaurantes en estos últimos meses del año. El 25% no concurrió a ninguno.
- Las personas de menos recursos optaron por los restaurantes de comida rápida.
- Las propuestas de desayuno se han visto muy afectadas por el incremento de los costes del café, harina y cereales. Las cafeterías han aumentado sus precios en un 6% en comparación con los del 2021.
¿Qué pasó con los precios en los restaurantes?
Si bien el aumento de los precios en bares y restaurantes ha sido promedialmente de un 3,2%, la gente percibe que es mayor a un 13%. Esta percepción se atribuye al efecto de la inflación, que ha llegado a un 7,6%. Como los precios han aumentado en casi todos los rubros, las personas generalizan los aumentos. En esa generalización, suponen que si todos los precios aumentaron mucho, los de los restaurantes también lo habrán hecho.
En realidad, los restauradores se han quedado por debajo de lo que marcan los indicadores, intentando favorecer la llegada del público. Los consumos en restaurantes han aumentado cerca de un 20%. A esta complicación se suma la escasez de algunos productos. Sin embargo, el aumento de los precios ha sido muy cauteloso, estrategia para animar a los clientes a salir. La crisis ha reducido las posibilidades de gastar en restauración y entretenimientos.
La información circulante es mucha y diversa, y las personas se han acostumbrado a estar atentas a todo lo que se dice. El marketing ha jugado un papel fundamental.
Los restaurantes que hicieron énfasis en sus precios, tuvieron mayor afluencia de público que otros que no lo difundieron. Las promociones siguen siendo fundamentales y atraen a clientes a los que no les importa tanto el producto ofrecido como la posibilidad de salir y el entretenimiento que supone visitar un restaurante.
¿Cómo será la situación de los restaurantes en el 2023?
El 2023 será un año de lucha de los restauradores para mantenerse competitivos. El Observatorio 2022 de la Restauración en España, tiene previsto que los restaurantes crecerán en 2023 tanto en establecimientos como en facturación, pero habrá que esforzarse mucho.
Preocupa la disminución del poder adquisitivo de los consumidores, el encarecimiento de la energía, la disponibilidad y el coste de materias primas.
Los restaurantes deberán agudizar su ingenio para desmitificar la idea de que comer afuera es un lujo innecesario. El efecto psicológico puede ser una estrategia que acompañe a propuestas tentadoras centradas en precios accesibles.