Cuenca ha logrado cumplir una meta por la que ha trabajado mucho. A partir del 1 de enero de 2023 lucirá con orgullo el título de Capital Española de la Gastronomía. Se trata de una aspiración que ha unido a la ciudad para crear un proyecto gastronómico y turístico que, seguramente, tendrá buenos frutos.

Después de dos intentos sin éxito, Cuenca lo ha logrado. La riqueza de su gastronomía y sus propuestas originales marcan su identidad. El valor gastronómico se une a las condiciones paisajísticas y arquitectónicas para conformar un todo que ha sido clave para este reconocimiento.  Cuenca merece un lugar de privilegio en el mapa de España que la sitúe en la ruta del turismo español y extranjero.

El reconocimiento está en manos de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET). que trabaja en forma conjunta con la Federación Española de Hostelería (FEHR).  Con esta distinción que año tras año recibe un pueblo o ciudad, se difunde la gastronomía y demás atractivos turísticos.

¿Qué ofrece Cuenca, capital gastronómica española en 2023?

El sistema de postulación para recibir el título de capital gastronómica tiene sus exigencias. Es necesario proponer un plan de acción que promueva la gastronomía y que contribuya a incrementar la afluencia de visitantes al lugar. En este proyecto, la gastronomía ocupa un lugar de realce. La idea es que la ciudad o pueblo que se postula se muestre como un destino turístico para los españoles y para el mundo.

Cuenca presentó su candidatura con el título «Cuenca deliciosa», una etiqueta muy significativa e inclusiva. Deliciosa es su gastronomía, y delicioso es su entorno. Deliciosa es la experiencia que vive un visitante que va descubriendo en Cuenca un lugar en el que vale la pena vivir y visitar, aunque sea durante unos días.

El proyecto de postulación se desarrolla en un dossier de 170 páginas, y es impulsado por el Ayuntamiento con el respaldo de la sociedad civil y de otras instituciones gubernamentales.

En él, se resalta su gastronomía y la variedad de sus productos que sirven de base a las creaciones originales de los cocineros. Pero también pone en valor el potencial turístico de la ciudad y menciona a entidades y personas que apoyan la iniciativa y la postulación.

Es el tercer intento de Cuenca para obtener el título, una muestra de perseverancia y tesón que ha conquistado al jurado. Una decisión nada fácil, pues en la etapa final Cuenca compitió con Oviedo y Pontevedra, dos centros gastronómicos destacados.

Cuenca, puente

La gastronomía conqueña, tradición y vanguardismo

Una historia de pastores, cazadores y arrieros que cocinaban para combatir los crudos inviernos de la zona dejó su huella en la cocina de Cuenca. Platos típicos como el Morteruelo, elaborado con hígados de cerdo y otras carnes, o los Zarajos, hechos de tripas de cordero, han sido reinventados por los cocineros.

El gazpacho, la caldereta, los potajes y las elaboraciones con caza mayor, trucha y bacalao son platos que se lucen en la ciudad. La vanguardia se une a la tradición para enriquecer la oferta local. A partir de la tradición, han surgido platos innovadores que diversifican las propuestas conqueñas. El chef Jesús Segura es exponente de esta integración. Completan la propuesta buenos vinos y quesos, producidos en la región.

Cuenca se puso en marcha para demostrar su valor

Cuenca ha trabajado duro para demostrar que su proyecto no solo era una utopía plasmada en un papel para impactar a un jurado. Meses antes a la elección, la ciudad puso manos a la obra.

Se organizaron eventos gastronómicos en escenarios privilegiados, como el Puente de San Pablo, el Museo de las Ciencias, la Casa Museo Zabala, el Palacio Municipal. También Cuenca difundió la aventura de los viajes en globo aerostático para visitar desde el aire la ciudad. 

La gastronomía brilló en esas instancias en las que la monumentalidad histórica y paisajística completó la experiencia de los participantes. Y como broche de oro, reabrió un ícono de la cocina de la región: el restaurante Casas Colgadas. A cargo de Jesús Segura, el restaurante ofrece los platos de este chef que recibió en su momento una estrella Michelin y un Sol Repsol en Trivio, otro de sus emprendimientos.

Una ciudad de leyendas y de magia

Cuenca tiene una historia vital que la puebla de leyendas. El jurado del certamen la considera una «ciudad enjambre», expresión que bien define su tejido de arquitectura. 

Casas, iglesias, palacios, conventos y callecitas en las que la magia parece envolver al visitante, trasladan a la época medieval.  En cada punto los lugareños cuentan una leyenda, que habla de mucha vida de tantas generaciones que forjaron la ciudad.  

Las populares Casas Colgadas o «rascacielos» del Barrio San Martín, han merecido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  Curiosas y únicas, tienen la particularidad que la altura de la estructura depende de la calle desde la que se la mire. De un lado son rascacielos de diez pisos, del otro solo se ven tres o cuatro.

Para los amantes del arte, Cuenca cuenta con una extraordinaria colección de arte contemporáneo, reunida en el Museo de Arte Abstracto.

El relevo

La nominación ya es un hecho, pero aún falta la asunción del nuevo título. El 1 de enero de 2023 Cuenca recibirá el testimonio en esta cadena de la gaditana Sanlúcar de Barrameda, quien lo lució en período extendido por la pandemia. Logroño, Burgos, Vitoria, Cáceres, Toledo, Murcia, Almería han tenido también la distinción de ser capitales gastronómicas en la última década.

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