El mundo gastronómico es, sin lugar a dudas, uno de los más competitivos, por lo que se hace necesario pensar en nuevos productos, servicios y técnicas que nos diferencien de la competencia, siempre con el objetivo de agregar más valor a nuestra marca.

Es, justamente por lo anterior que, en la búsqueda de la innovación, las flores comestibles se posicionan como una de las mejores ideas y más porque son sumamente buscadas por los comensales en la actualidad. En la práctica, este tipo de flor no solo es estéticamente atractiva, lo que le otorga un gran nivel de elegancia al plato, sino que además son comestibles, por lo que se trata de un ingrediente que, sin duda alguna, le otorga un gran sabor y color.

Flores comestibles: un ingrediente versátil y elegante

Las flores comestibles son una magnífica idea para darle un toque de color, elegancia y sabor a diferentes tipos de preparaciones. Es una forma sencilla, de hecho, de otorgarle tu firma o toque personal a los platos de tu restaurante.

Si bien es cierto que, desde hace muchos siglos, las flores han formado parte de la dieta de ciertas culturas, en el área occidental su uso no ha sido tan extendido, aunque en la actualidad es una tendencia que está tomando gran fuerza por la belleza y vitalidad que aportan a cada preparación. De hecho, se tiene evidencia que los romanos fueron unas de las primeras civilizaciones en utilizar las flores como parte de sus preparaciones.

Una de las ventajas de este ingrediente es que es sumamente versátil, por lo que lo puedes adaptar a diferentes tipos de platos, tanto salados como dulces, además de ser sumamente saludable. De hecho, se estima que consumir flores comestibles secas, específicamente entre 10 y 20 gramos diarios, puede aportar toda la cantidad de fibra que se necesita para una dieta equilibrada y saludable. De ahí que se trate de una magnífica idea para incorporar en la carta de tu restaurante como un factor distintivo y que, sin duda alguna, le otorga un gran valor agregado.

¿Cuáles son las flores comestibles?

Efectivamente, las flores son una magnífica opción para incorporar a tu carta porque otorgan una gran belleza a tus presentaciones, además de color y sabor. Sin embargo, es importante destacar que no todas las flores son comestibles y de las que son comestibles, conviene hacer pruebas en específico para determinar su sabor y lo que le puede aportar a los platos de tu restaurante. A continuación, compartimos contigo cuáles son algunas de las flores comestibles más populares que puedes incorporar en las preparaciones que ofrezcas a tus comensales:

  • Violetas: este tipo de flor es la más conocida y popular porque tiene un gran atractivo visual y en lo que se refiere al sabor, éste es sumamente suave. Además, se puede preparar de formas muy variadas, entre las cuales destacan las presentaciones secas, cristalizadas y confitadas.
  • Capuchinas: si estás buscando opciones frescas, bonitas y de sabor más fuerte, las capuchinas son perfectas y muy especialmente para las ensaladas. En lo que respecta al sabor, éstas son similares al berro, aunque es importante no utilizar la semilla de la flor porque puede llegar a ser tóxica.
  • Flor eléctrica: este tipo de flor es sumamente hermosa y tiene una forma curiosa, por lo que no es una de las plantas más conocidas dentro de la cocina. Es sumamente fresca y genera una sensación de explosión de sabores en el paladar con una sensación muy sutil de anestesia, la cual pasa a los pocos segundos.
  • Caléndula: de gran belleza, la caléndula aporta un precioso color naranja a las preparaciones, aunque es especialmente recomendada para las ensaladas. Además de aportar color, también aporta un gran aroma y se le considera un excelente sustituto del azafrán, lo que te puede dar una idea del sabor que aporta.
  • Flor de cebollino: con un precioso color similar a la lavanda, esta flor otorga un sabor considerablemente similar al de la cebolla, aunque en comparación es más sutil y suave. De allí que se trate de una opción perfecta para una gran variedad de platos salados.
  • Flor de calabacín: otra de las mejores flores que puedes incorporar es la de calabacín porque tiene un sabor ligeramente dulce que, aporta una gran personalidad a todos los platos.
  • Clavel de los poetas: además de aportar una gran belleza visual, el clavel de los poetas tiene un sabor perfecto para incorporar en ensaladas de vegetales y de frutas porque también es sutilmente dulce.
  • Begonias: estas preciosas flores aportan un gran sabor y belleza extraordinaria a los platos. Hay de diferentes colores, aunque cualquiera de ellas se destaca por tener un sabor ácido y al mismo tiempo dulce. Una combinación muy particular que se puede aprovechar al máximo para una gran variedad de preparaciones.
  • Flor de azahar: el olor de esta flor es una de sus características más destacadas y adicionalmente, aporta unos toques azucarados a la preparación, por lo que es perfecta para lograr el equilibrio en todos los platos. Esta flor es particularmente utilizada en helados de fresas o cerezas.
  • Flor de jazmín: finalmente, la flor de jazmín es ideal para incorporar a diferentes tipos de preparaciones, aunque es especialmente utilizada para avivar los sabores de las carnes, aunque la cocina árabe también la utiliza en sus postres.
Plato con flores

Puedes utilizar estas flores completas o los pétalos, siempre con cuidado de eliminar las semillas para evitar que el comensal sufra cualquier tipo de reacción alérgica. Todas estas flores aportan belleza, sabor, color y olor a los platos.

Algunas son más idóneas para preparaciones saladas, mientras que otras son perfectas para las preparaciones dulces. Experimentar con ellas es la forma más efectiva de aprovechar al máximo este recurso que cada día se torna más popular. En definitiva, si quieres ser mucho más competitivo, debes incorporar estas flores comestibles a tus diferentes preparaciones y así subir el nivel en la presentación y sabor que ofreces a todos tus clientes.

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