Los avances en el camino de la digitalización de sabores muestran una vez más que la revolución digital continúa su carrera sin pausa. Y paso a paso trasciende lo que se considera posible. Cada vez que una innovación tecnológica se difunde, el asombro aflora, especialmente en los adultos. En muchos de estos avances se van desdibujando los límites entre lo naturalmente humano y lo tecnológico.
Hoy es natural vivir la música y las imágenes digitalizadas. Sonidos e imágenes pierden su estado físico y se mueven a través de internet. Nadie lo cuestiona, ya nadie se pregunta cómo ocurrió. Pero ahí está, la gente descarga música y videos a través de internet, y esto resulta muy normal. La digitalización de percepciones sensoriales sigue avanzando. Primero fueron las visuales y auditivas, ahora los innovadores van por más.
¿Es posible la digitalización de sabores?
La inteligencia artificial imita la humana. El hombre es el modelo a seguir, porque, en definitiva, todo lo que se crea lo tiene como meta. Los objetos se vuelven inteligentes para aliviar las tareas que el hombre hace. Y hay quien pronostica un futuro en el que la interfaz se localice en el cerebro y no en las pantallas de los dispositivos. Hay películas de ciencia ficción que ya lo imaginan, y cuando una idea surge, empieza la carrera para hacerla real.
Surge un ‘internet de los sentidos’, concepto que habla de un mundo en el que todos los sentidos humanos estén digitalizados. Ya se intuye la posibilidad de digitalizar el gusto, el olfato y el tacto. Y aunque parezca fantasía, la historia muestra que no lo es. Ya ha pasado con el oído y la vista. ¿Por qué pensar que no es posible la digitalización de sabores, de aromas, de sensaciones táctiles?
En esta controvertida y discutida evolución, hay quienes pronostican que en no más de 20 años estará habilitada la digitalización de todos los sentidos. Si esto ocurre, será posible degustar, palpar, oler a través de internet. Emulación de aromas, de sensaciones táctiles, de sabores se prevén ya como realidades posibles.
La digitalización de sabores es asunto de conexiones cerebrales y emocionales
La psicología y las teorías actuales de la neurociencia sostienen científicamente esta posibilidad de digitalización de sabores. Estos procesos tienen que ver con el comportamiento del cerebro en determinadas situaciones. Los avances en la neurociencia han permitido comprender el papel de la emoción en las reacciones humanas.
Las emociones, el aprendizaje y la memoria están estrechamente relacionados. Y en estos conceptos se fundamenta la posibilidad de la digitalización de sabores. El acercamiento emocional construye vivencias que si bien parten de los sentidos, se independizan de ellos.
Los restaurantes están necesitados de innovaciones que les permitan mantenerse a flote. Con la pandemia, lo tradicional y conocido no es suficiente. Y la posibilidad de la digitalización de sabores parece abrir nuevas perspectivas.
El sintetizador Norimaki
Se trata de un dispositivo electrónico que genera sabores mediante electricidad y geles. Está formado por un tubo que contiene cinco tubos más pequeños en su interior. Estos pequeños tubos se cierran en un panel circular con cinco círculos, cada uno de los cuales está compuesto de un gel de diferente sabor. Al presionar el aparato contra la lengua, se puede sentir esos sabores, engaña a la lengua y hace creer al cerebro que está sintiendo con el gusto cualquier sabor. Y en realidad no está ingiriendo nada.
Su desarrollador es un investigador japonés de la Universidad de Meiji, que se basó en un conocimiento minucioso del sistema digestivo. El sintetizador es una pantalla de sabor que, por ahora, controla cinco sabores básicos, combinables entre sí: dulce, ácido, amargo, salado y umami.
Mediante el sistema electrónico el dispositivo ordena las moléculas de cada sabor, haciendo que sea más o menos intenso o anulándolo completamente. Y del mismo modo que una pantalla óptica usa tres colores básicos para producir colores arbitrarios, la interfaz puede sintetizar sabores arbitrarios gracias a la información recibida por las papilas gustativas. Uno de los objetivos de esta creación es poder disfrutar de ciertos sabores que son prohibidos en las dietas saludables o específicamente ajustadas a la salud. Esto haría posible, por ejemplo, sentir que se come chocolate sin incorporar ninguna caloría.
Internet: un espacio conectado emocionalmente
La digitalización de sabores también es parte del proyecto macro del australiano Adrian David Cheok, Profesor de la Universidad de Singapur. Cheok se mueve por el mundo con sus propuestas para digitalizar los cinco sentidos, replicando el complejo mundo de las percepciones a través del hardware.
Su laboratorio está trabajando en proyectos mutisensoriales. La digitalización de los sentidos cambiaría el esquema de comunicación del mundo. Si bien el primer paso de este proyecto gira en torno al tacto, el científico ya piensa en el resto de los sentidos.
¿Cuánto tiempo llevará la digitalización de sabores?
Digitalizar audios llevó un siglo, 50 años se tardó en digitalizar imágenes. Es esperable, entonces, que digitalizar el olor o el sabor no lleve más de 10 o 15 años. La tecnología mantiene un ritmo acelerado y los tiempos se acortan.
La meta no es fácil de alcanzar. Ni siquiera es posible construir un modelo estándar de sabores, porque no todas las personas tienen las papilas gustativas iguales. Aunque todo el mundo tiene receptores similares, la forma en que cada ser humano interpreta esas moléculas es única. Hay caminos que se prueban, la estimulación eléctrica del cerebro es uno, pero todavía no se logran certezas.
Impacto de la digitalización de sabores en el restaurante
La digitalización de sabores en plataformas virtuales, tendrá un impacto extraordinario en los restaurantes. Ya han digitalizado las cartas y los menús, que los clientes consultan por Internet. Si se digitalizan los sabores, también podrían probar los platos antes de pedirlos.
Otra posible aplicación es que el restaurante pueda crear menús que se adecuen a las dietas especiales pero con el sabor de un plato de no dieta. Se trata de una experiencia gastronómica enriquecida, que asegura la satisfacción del cliente. Además, a partir de esta degustación virtual, las personas podrían hacer sugerencias de sabores que adecuen el plato a sus preferencias.
La tecnología está en vías de investigación y de desarrollo. Pero seguramente llegará el momento en que sea una realidad en el funcionamiento en los restaurantes.