En casi todos los restaurantes se sirven menús. Estos pueden ser de distintos tipos: menús infantiles, menú del día, menú saludable, etc.; pero en todos los casos se trata de un conjunto de platos que tienen un precio previamente establecido. Este precio por lo general resulta más económico que pedir directamente desde la carta.
La elaboración de menús deliciosos y a buen precio puede ser una muy buena oportunidad para que los clientes visiten tu restaurante con mayor frecuencia. Pero para lograrlo es necesario tomar en consideración algunos factores.
No solo se deberá elegir un tipo de comida que sea capaz de atraer a una clientela fija, sino que además es importante hacer que el menú sea rentable. A continuación, veremos algunos elementos para saber cómo hacer rentable el menú de tu restaurante.
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Un menú adaptado a los clientes
Lo primero que se debe hacer antes de diseñar un menú para un restaurante es conocer a los clientes. Es necesario definir el perfil del cliente al que se pretende llegar con el menú. Es importante determinar por ejemplo el sexo, la edad y la condición socioeconómica de los comensales que podrían estar interesados por esa propuesta.
Unos le darán más importancia al tamaño de la porción, otros al precio y algunos se fijarán más en la presentación de los platos. Las mujeres, por ejemplo, suelen ser más cuidadosas con las calorías y suelen compartir más; también prefieren platos que no sean pesados. Si el público objetivo está principalmente compuesto por mujeres, está claro el tipo de platos que se pueden ofrecer.
Si se trata de un menú para la hora del almuerzo, el público seguramente será distinto al de la noche. Es probable que se trate de personas que vienen a comer rápidamente antes de retomar su jornada laboral y busquen una comida ligera, sencilla y económica.
En el caso de los menús nocturnos, por la noche los clientes estarán más relajados y tendrán tiempo para disfrutar de una experiencia gastronómica más diferenciada.
Marcar la diferencia
A la hora de diseñar los menús de un restaurante, es importante evitar hacer lo mismo que los demás. Si los clientes han elegido ese lugar es porque les gusta algo especial que hay allí y no en otro lugar. Los platos que se sirvan en un menú deben conservar siempre ese estilo que hace que un restaurante sea único.
El hecho de que los platos del menú sean más económicos y probablemente más sencillos, no quiere decir que se pueda descuidar la presentación. Muy por el contrario: la forma de presentar las preparaciones, al igual que su calidad, son un elemento fundamental para que un menú tenga éxito.
Saber comunicar es importante
Después de haber diseñado el menú, calculado los costos y preparado todos los platos del restaurante, es hora de que los clientes se enteren de su existencia. El objetivo será que la mayor cantidad de clientes lo prueben y vuelvan; y para eso es importante que el menú esté anunciado en lugares visibles del establecimiento.
La pizarra de tiza en la entrada sigue vigente, pero también hay opciones más actuales. Puede ser muy útil buscar la ayuda de una empresa de publicidad.
Lo importante es que el cartel donde se anuncie el menú esté en perfectas condiciones y que la información esté muy clara. Sin olvidar, por supuesto, todo el marketing online, en webs propias, redes sociales, foros del sector, etc.
Una decisión de todo el equipo
A la hora de decidir qué platos se van a poner en el menú y cómo se los va a agrupar es mejor no hacerlo solo. La opinión de los cocineros y en general todo el personal de la cocina será sin duda de gran utilidad. Ellos pueden tener una idea clara de cuáles serían los platos que encajarían mejor en el menú y cómo combinarlos entre ellos para optimizar los ingredientes.
Equilibrio entre costo, calidad y rentabilidad
Si bien el menú tiene un precio de venta más bajo, es fundamental que sea rentable para asegurar la viabilidad del negocio. Una buena idea es partir por el precio de venta que se quiera fijar para el menú. Y a partir de ahí definir el margen de ganancia que se quiera obtener; a partir de ese margen habrá que decidir qué platos se pueden preparar.
En un menú se puede jugar un poco con el tamaño de la porción. Al estar compuesto por varios platos y ser más económico, las porciones de cada plato suelen ser pequeñas; siempre es preferible sacrificar la cantidad antes que la calidad.
Por otra parte, al servir una gran cantidad de platos iguales (el menú normalmente es lo que más se vende), se optimiza el uso de ingredientes y se minimiza el desperdicio.
Variedad y productos de estación
Una de las mejores estrategias para que los menús de tu restaurante sean rentables es aprovechar al máximo los ingredientes de temporada. Además de conseguirlos fácilmente y a precios bajos, estarán frescos, y eso garantizará mejores resultados, aún en preparaciones sencillas. Serán los protagonistas de todas las recetas, sin mayor esfuerzo.
Otro factor importante es la variedad de las preparaciones. Al estar destinados a clientes que vendrán regularmente, es importante que los platos del menú sean muy variados para que los clientes no se cansen y vuelvan una y otra vez.
Organización y planificación
La organización y la planificación son fundamentales para que el menú de un restaurante sea rentable. Planificar con tiempo y de forma estratégica los menús para cada día supone un gran ahorro de dinero y de tiempo.; es importante decidir qué tipo de menú es mejor para cada día de la semana, dependiendo de la organización interna del establecimiento.
Por ejemplo, si un restaurante cierra los lunes, el menú del martes deberá ser sencillo y fácil de preparar con los ingredientes que se tengan a disposición ese día. La planificación de los menús se puede hacer con dos o tres semanas de anticipación; de esa forma se podrá anticipar mejor las compras y las tareas diarias del personal.